el perdón
El perdón ha sido exaltado principalmente por la religión. El perdón esta vinculado a la condonación de una deuda, de un castigo. El que otorga el perdón por tanto tiene "poder" para hacerlo. Detenta ese poder en virtud de la "ofensa" o "daño" producido por el otro que con esa acción adquiere una "deuda" o se hace merecedor de un "castigo".
El que perdona por tanto es superior al perdonado. Quien no es perdonado no es reconocido, no es aceptado.
Quien ha de ser perdonado ha cometido una mala acción. Reconociendo su responsabilidad personal y su libertad de elección, esta persona ha elegido mal, o ha usado mal su "responsabilidad".
Si la persona ha actuado de buena fe no tendría culpa que expiar. Si ha actuado mal consciente del daño que producía, lo ha hecho asumiendo sus consecuencias. ¿Qué es en cualquier caso lo que habría que perdonar? Si considera que no volvería a actuar así, está muy bien y será muy bueno para ella. Esta concepción del perdón está vinculada al "pecado" y a la "culpa".
Desde este punto de vista, consideramos el perdón como un acto de soberbia, de quien situándose por encima de alguien, juzga, condena y se considera en condiciones de suprimir esa condena.